Miércoles curioso (13) (a golpe de jueves) - Caperucita Roja

Puesto que ayer se me hizo imposible subir el miércoles curioso, he decidido subirlo hoy, la verdad que este es el último cuento que del que pondré las curiosidades, pero si se os ocurre algún cuento o libro o incluso autor del que queráis saber lo más jugoso, sólo tenéis que ponerlo en los comentarios. AQUÍ tenéis la lista de los que ya protagonizaron el miércoles curioso.

Y sin más, vamos allá, el cuento de hoy es:

Caperucita roja

El mito de Eva: Como en casi todos los cuentos que conocemos, suele ser la figura femenina la que se deja tentar por la curiosidad, como Eva al comer la manzana en el primer relato bíblico. En este caso, Caperucita desobedece la orden de no hablar con desconocidos y se deja embaucar por el lobo.

Zona peligrosa: En el relato se puede ver como se diferencia entre el poblado, el cual está habitado y es seguro, y el bosque, que está lleno de peligros. Esta contraposición era muy típica en los cuentos del Medievo, cuando se creó el cuento. El lobo es inteligente y cruel, al contrario que los animales de los otros mitos, como la loba que cuida a Rómulo y Remo o las criaturas de El libro de la selva.

Maniqueísmo: Si cogéis cualquier cuento, podréis apreciar que los personajes son o buenos o malos. Maldad o bondad nunca están presentes a la vez en el mismo personaje, como ocurre en la realidad, sino en seres arquetípicos, como el lobo de esta historia. Esto es así porque los niños no están preparados para la ambigüedad, necesitan certezas, según los psicólogos.

Héroe justiciero: El cazador del cuento es el símbolo de la masculinidad liberadora, capaz de dominar a los animales, salvar a los buenos y castigar a los malos. A nivel profundo, representa la victoria sobre las tendencias asociales. Su figura entronca con la época en que se forjaron los cuentos de hadas, cuando la caza era un privilegio aristocrático.

Finales diferentes

Según Bruno Bettelheim, muchos padres creen que deben ocultar a sus hijos los instintos de violencia y solo presentarles la cara amable de la vida. Pero los cuentos, en sus versiones más antiguas como habéis podido comprobar, mostraban ese lado oscuro, aunque con el tiempo se fueron edulcorando. Por ejemplo, en este cuento de Caperucita escrito por Perrault en 1697, el lobo se como a la niña y a su abuela. El cazador que las salva fue una idea de los hermanos Grimm en 1812. La norma del final feliz se hizo obligatoria en las películas de Disney.