miércoles, 11 de junio de 2014

Miércoles curioso (23) - La princesa y el guisante

En el Miércoles curioso de esta semana, vamos a hablar sobre el cuento

La princesa y el guisante

Éste es un cuento de Hans Christian Andersen en el que un guisante en la cama es la clave para saber si quien ha dormido allí es una auténtica princesa. Para quién no la conozca, la historia es la siguiente:

Érase una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero tenía que ser con una princesa de verdad. Recorrió el mundo entero, y aunque en todas partes encontró princesas, siempre acababa descubriendo en ellas algo que no acababa de gustarle y no había manera de asegurar que fueran verdaderas princesas. El príncipe regresó a su país, desconsolado por no haber podido encontrar una princesa verdadera.
Una noche se desencadenó una terrible tempestad: relámpagos, truenas y una lluvia torrencial. ¡Era espantoso! Alguien llamó a la puerta de palacio y el anciano rey fue a abrir.

Era una princesa quien aguardaba ante la puerta. Pero, ¡Dios mío!, ¡Qué aspecto ofrecía con la lluvia y el mal tiempo! El agua chorreaba por sus cabellos y caía sobre sus ropas, le entraba por la punta de los zapatos y le salía por los talones. Y sin embargo, ¡pretendía ser una princesa verdadera!

enhanced-buzz-7774-1388162991-8"Bien, ya lo veremos", pensó la vieja reina, y sin decir palabra se dirigió a la alcoba, apartó toda la ropa de la cama y colocó un guisante en su fondo; puso después veinte colchones sobre él y añadió todavía otros veinte edredones de plumas de ánade. Allí dormiría la princesa aquella noche. A la mañana siguiente, le preguntaron qué tal había descansado.

- ¡Oh, terriblemente mal!- respondió la princesa-. Casi no he pegado ojo en toda la noche. ¡Dios sabe qué habría en esa cama! He dormido sobre algo tan duro que tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!

Así se pudo comprobar que se trataba de una princesa de verdad, porque a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones de pluma, había sentido la molestia de un guisante. Sólo una verdadera princesa podía tener la piel tan delicada.

El príncipe, sabiendo ya que se trataba de una princesa de verdad, la tomó por esposa el guisante fue trasladado al Museo del Palacio, donde todavía puede contemplarse, a no ser que alguien se lo haya llevado.


En el cuento podemos ver que hay una palabra que se repite muchas veces, y esa palabra es verdad. La idea que nos viene a transmitir el cuento es que la persona elegida para ser una futura reina de verdad, debe ser lo bastante valiente para sobreponerse al viento y al naufragio en el mar Báltico, con la bastante sangre real para no dejar de notar el guisante en toda la noche y lo bastante educada para no quejarse hasta ser preguntada.

Existe un hotel situado en Cádiz llamado La princesa y el guisante.

Como siempre, rondando por internet me encontré con esta otra versión del cuento escrita por Paula Marco

En una noche de gran tormenta, alguien llamó a una puerta. En el umbral estaba una joven empapada de pies a cabeza. Se presentó como si fuera una princesa, y quien abrió, dudó de sus palabras. Era la madrastra de un joven, que por casualidades de la vida era príncipe. La mujer decidió confirmar si sería buena esposa. Y así, sin más ni más, y sin preguntar al chaval, quiso comprobar el rango de la supuesta princesa, colocando un guisante debajo de una pila de numerosos colchones, donde la llevaría para descansar. Así, si se dormía, demostraría su falsedad:

Las damas de alta alcurnia no pueden dormir con un guisantito de nada, debajo de cientos de colchones.
Nada más acostarse la muchacha, cayó rendida en un profundo sueño; había caminado bajo la tormenta horas y horas, por caminos escarpados y embarrados.

Pero, ¡decidme la verdad! ¿vosotros creéis que un pequeño guisante le impediría dormir?

La mujer la miró con desprecio y, con orgullo, comprobó que no era una princesa y que no se casaría con su hijastro.
Pero, casualidades de la vida, el príncipe se enamoró de ella y nadie pudo evitar el amor entre ellos dos.
De manera que se casaron felices y contentos. Resultando que la joven era una dormilona, princesa... o no.


Nota: Podéis proponer cualquier cuento o escritor en los comentarios para una próxima entrada

11 comentarios:

  1. Me gusta bastante este cuento ^^ La segunda historia también esta bien.

    Un beso

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  2. aww es un cuento muy tierno ^^
    no sabía que hubiera un hotel :)
    <33

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  3. Hacía mucho que no leía este cuento jejeje. Qué entrada más curiosa, la segunda versión también está muy bien :)

    Besitosss

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  4. Este es de mis favoritos. Lo leía muchas veces de pequeña :) El segundo cuento no lo conocía... pero no me gusta mucho jeje

    Un saludo

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  5. Jeje, siempre me ha llamado la atención este cuento, me siento un poco identificada porque yo también soy un poco delicada en el sentido de que con un golpe pequeño me salen moratones enseguida. Jejejej. Besos

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  6. De pequeña me gustaba mucho este cuento. No me había fijado en lo de la palabra verdad que se repite tanto. Gracias por estas curiosidades que siempre traes por aquí.
    Un beso

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  7. Es una historia que no conocía demasiado pero me ha encantado conocerla un poco más, así como su otra versión. Un besote :)

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  8. Es una historia que no conocía demasiado pero me ha encantado conocerla un poco más, así como su otra versión. Un besote :)

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  9. Hola Ali me ha encantado la entrada, y la segunda versión del cuento muy original y simpática. Gracias por devolvernos a la niñez.

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  10. Si soy sincera, conocí esa historia cuando vi Barney el dinosaurio =)
    Besos y cuídate

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  11. De peque me gustaba mucho este cuento, aunque prefiero la segunda versión :D

    Besoooooos =)

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